Nacido en Badalona el 13 de diciembre de 1937, estaba cerca de cumplir los 81 años de edad, tras toda una vida dedica al baloncesto. Josep Lluís Cortés formó durante 20 años un inseparable tándem con Antonio Díaz Miguel en el banquillo de la Selección, pero fue mucho más que eso: fue uno de los más destacados jugadores internacionales de su época, como entrenador colaboró de forma decisiva en el impulso primero de la Selección Femenina y después de la Masculina, y como directivo, especialmente vinculado a la Federació Catalana, siguió trabajando en la difusión y promoción del baloncesto.

Lluís –como se le conocía coloquialmente- fue jugador indiscutible en la Selección entre 1957 y 1966. Formó parte de la España que conquistó las medallas de plata en los Juegos Mediterráneos de 1959 y 1963, y también de la que participó por primera vez en unos Juegos Olímpicos, en Roma 1960. Fue además el primer jugador de la historia en alcanzar los 100 partidos internacionales con la Selección Absoluta, con la que debutó siendo aún junior.

En club vistió las camisetas de cuatro equipos: Círcol Catòlic de Badalona, Orillo Verde de Sabadell (con el que jugó la primera edición de la Liga, con sólo 19 años de edad), Joventut y Real Madrid (del que llegó a ser capitán). Con el Real Madrid ganó 3 títulos de Liga (1960, 1961 y 1962) y otros 3 de Copa en esos mismos años, y posteriormente con la Penya ganó otra Liga (1967) y otra Copa (1969).

Tras su retirada de las canchas, su vocación técnica le llevó a una larga trayectoria como entrenador que, además de trabajo en clubs, incluyó el cargo de seleccionador español femenino (1969-1971) y durante 20 años el de entrenador ayudante de Antonio Díaz Miguel en la masculina (1972-1992), con quien compartió el mérito y los reconocimientos de los primeros grandes éxitos del baloncesto español, en aquellos años verdaderamente excepcionales.

Una vez puso punto final a su carrera como entrenador, en 1987 fue elegido presidente de la Asociación Catalana de Entrenadores, y desde entonces no dejó de trabajar por la difusión y la promoción del baloncesto, de cuyos valores fue siempre un insobornable ejemplo. Lo hizo también como vicepresidente de la Federació Catalana y ya en los últimos años a través de varios cargos en la Fundació del Bàsquet Català.
Cabeza de una familia siempre vinculada a nuestro deporte, su hija Maria es en la actualidad vicepresidenta de la Federació Catalana.

Josep Luís Cortés, descanse en paz.