La Selección que acudió a Buenos Aires la dirigió el técnico estadounidense-lituano Michael Rutzgis y la formaron Eduardo Kucharski, Andreu Oller, Joan Dalmau, Arturo Imedio, Joan Ferrando, Ángel Lozano, Jaume Bassó, Julio José Gámez, Domingo Bárcenas, Ángel González Adrio, Ignacio Pinedo y un convocado sorpresa: Álvaro Salvadores, un español afincado en Chile que solicitó ser incluido en el equipo a través de una carta enviada directamente a la FEB. Acabó siendo el mejor anotador del campeonato, con 13,8 puntos de media por partido.
España jugó cinco partidos, y sólo ganó uno. Se vio superada por Egipto (56-57), Chile (40-54), Perú (37-43) y Ecuador (50-54), y sólo registró una victoria, sobre Yugoslavia, decretada por la FIBA con un 2-0 por la negativa de los yugoslavos a disputar el partido por razones de boicot político.
La Selección se clasificó para el primer Mundial de la historia tras acabar en segunda posición el torneo pre-mundial que semanas antes se disputó en Niza, en el que sólo perdió frente a Italia, y gracias a una inverosímil canasta de Joan Ferrando en los últimos segundos de la prórroga del partido contra Bélgica.
En 2014, 64 años después de aquel debut mundialista y con motivo de la Copa del Mundo celebrada en España, la FEB reunió a los entonces tres únicos supervivientes de la Selección de 1950. Eduardo Kucharski (fallecido meses después), Jaume Bassó y Angel González Adrio recordaron, entre otras muchas anécdotas, el viaje a tierras argentinas: viajaron desde Madrid y lo hicieron con escalas en Lisboa, Dakar, Natal y Río de Janeiro. En total, 36 horas en un avión de la época. (
VÍDEO)
Quién les iba a decir a aquellos pioneros que décadas después de su aventura, España se iba a proclamar, y por dos veces, campeona del mundo. La segunda, hace poco más de doce meses.