FRANCISCO RABADÁN/ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

Sí, porque Eslovenia cumplió con muchos de sus sueños ayer. El principal fue la vendetta por la eliminación en cuartos en el pasado EuroBasket, pero hubo más. Slokar, que vive en el atardecer de su carrera, fue homenajeado por Maljkovic otorgándole la titularidad, posteriormente ganando el salto inicial inicial a Marc y anotando la primera canasta del partido. Parecía la historia de Willis Reed midiéndose a Chamberlain cojo en el Madison en el primer anillo de los Knicks.

En parte se parecía porque España contaba con su Wilt Chamberlain en forma de Marc Gasol. El mediano de la saga va camino de batir el récord de faltas recibidas en un campeonato de esta índole. Si el primer día fueron ocho, hoy ha recibido nueve con arañazo sangriento en el codo incluido. Begic se llevó la palma reinventando el concepto de hacer la cama con Marc como víctima y un dolor de espalda seguro para el ex jugador del Real Madrid.

Aunque el dolor mereció la pena a Eslovenia. Maljkovic tenía tan estudiados a los nuestros que era capaz de recitar de carrendilla el número de pie de todos nuestros internacionales. El técnico empezó a temblar cuando Calderón mutó de Mister Catering a Iceman. “Pensé que me haría como Navarro”, reconoció Boza. No lo consiguió Calde por un pelo, pero el mérito de silenciar a 6.000 eslovenos no se lo quita nadie.

Quien se llevó el premio al héroe del día fue un Zoran Dragic que anotó de todas las maneras posibles. Sobre la bocina, cayéndose, a una pierna. ¡Que tío! Seguro que el churrero Bonilla ha mostrado interés por sus servicios. Por una vez, Maljkovic no tendrá pesadillas con España.