Desde que debutó en la Selección en 2002 hasta la fecha José Manuel Calderón no ha dejado de sumar éxitos colectivos e individuales, hasta convertirse en un referente mundial. En la última década se ha colgado siete medallas con el equipo nacional.
ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Conviene recordar que José Manuel Calderón, a diferencia de algunos de sus compañeros de selección, llegó a la élite por un trayecto menos directo. Vivió su transición de la etapa junior al baloncesto adulto conociendo la realidad de la pista en la entonces LEB – Lucentum – o cedido en Fuenlabrada – mejor debutante de la liga ACB según la Revista Gigantes - antes de que ese Tau Vitoria, que lo captó para su cantera en plena adolescencia, lo reclutara para jugar, ya sí, al máximo nivel. Y una vez ahí, la gran explosión, la ascensión meteórica en España, en Europa, hasta alcanzar su sueño de la NBA donde la próxima temporada cumplirá ya una década.
ORENGA: “Es un jugador que siempre ha trabajado y que no tiene ningún aspecto de juego malo. Es el equilibrio, pero siempre mejorando. Desde que empezó a jugar, siempre ha dado un plus”
Hablamos de una estrella indiscutible del baloncesto mundial, de un base pretendido por las mejores franquicias de la NBA, de un jugador respetado, considerado, valorado por todos por algo tan fundamental no sólo para llegar sino para mantenerse en la élite como es la consistencia en juego sustentado en la fuerza de sus piernas y también de su mente. Calderón representa la capacidad de superación de un jugador que supo potenciar sus virtudes y progresar en los aspectos mejorables de su juego. De un jugador que no ha dejado de crecer deportiva y profesionalmente.
Siempre en órbita de selecciones, medalla de oro en Europeo junior del 98 y, por una inoportuna lesión, fuera de esa lista de ganadores bautizados como los “juniors de oro” que se proclamaron campeones del Mundo en Portugal en aquel inolvidable verano del 99. Culminó su trayectoria internacional en selecciones de formación el verano del 2000 colgándose la medalla de bronce del Europeo U20 de Ohrid. Pero su sueño llegó en 2002, cuando fue convocado para formar parte de una lista de quince jugadores preseleccionados para el Mundial de Indianápolis y, contra los pronósticos, fue elegido entre los doce definitivos.
COLECCIONISTA DE MEDALLAS
La imagen de Calderón defendiendo los colores de España, convirtiéndose en la primera línea defensiva, dirigiendo en la pista, viviendo los partidos con una infinita intensidad física y mental, implicándose en cada acción propia o de un compañero, invade cada verano los hogares de los aficionados, unidos por un sueño común que él, junto a un grupo de jugadores excepcionales, han convertido en realidad. Siete medallas en una década prodigiosa, empezando por la Plata de Suecia en 2003, por el Oro del Mundial de Japón en 2006, la Plata del Europeo de España en 2007, la Plata de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, el Oro del Europeo de Lituana en 2011, la Plata de los Juegos Olímpicos en 2012 y el Bronce del Europeo de Eslovenia en 2013… y esos datos objetivos, impresionantes tan sólo con contemplarlos desde la perspectiva del tiempo, han convertido a José Manuel Calderón en uno de los protagonistas más importantes en la historia de nuestro baloncesto. Y, la mejor noticia, el nivel que demuestra en un presente que lo mantiene en primera línea de la NBA – nuevo base de los New York Knicks – y en consecuencia, con un ilusionante futuro por delante.
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